Llega el viernes y los empleados de muchas empresas respiran aliviados. Es el día en que se deja el traje y la corbata en casa -en el caso de los chicos- y los vestidos y tacones en el armario- en el caso de las chicas-.
El viernes es el ‘casual day’ en la mayoría de empresas de este país, una jornada que, además de que suele ser reducida, permite a los empleados y directivos vestir de sport o de una forma más cómoda para ir a la oficina. En la mayoría de países del mundo se sigue esta tendencia de dejar los viernes como un día “liberador” en el que el empleado puede ir a trabajar menos encorsetado y mostrar su aspecto más relajado delante de sus compañeros y jefes.
Aunque muchas empresas de nueva creación ya están deshaciéndose de esa imposición del traje y permiten a sus trabajadores ir a la oficina vestidos como gusten. Es decir, no hay ningún tipo de protocolo respecto al vestuario, ya que en estas nuevas compañías que surgen al calor de las nuevas tecnologías suele importar más que el empleado se sienta absolutamente cómodo para dar rienda suelta a su vena más creativa.
No obstante, en la mayor parte de las empresas con una trayectoria ya consolidad sí hay códigos de vestimenta y suelen ser bastante estrictos en sectores como las finanzas o la consultoría. Por eso, conscientes de que ir tan arreglados al trabajo cansa, las firmas conceden un respiro los viernes, que normalmente es la jornada con menos volumen de trabajo de la semana y en la que menos reuniones y encuentros importantes se fijan.
¿Pero de qué manera puede ser beneficiosa esta medida para una empresa? Aunque a priori parezca que no tiene ningún beneficio –puede que no tangible-, sí nos detenemos un poco veremos que sí puede ser muy positiva a la hora de construir algo que, aunque no tiene valor medible, a la larga es lo que cuenta para hacer grande a una compañía: la reputación.
Mejora la política de recursos humanos y refuerza al equipo de trabajo
Permitir vestir como deseen a los trabajadores puede contribuir positivamente a reforzar el equipo de trabajo y hacer que se identifiquen con la política de la empresa, que es el principal objetivo –o debería ser- de las compañías, además de hacer beneficios. Si logramos que los trabajadores se sientan parte del proyecto y cómodos con la filosofía de la empresa será mucho más fácil sacar adelante los proyectos y hacer frente a posibles crisis.
Es importante que los empleados se sientan comprendidos y protegidos por su empresa, pues a ella le dedican la mayor parte de su tiempo y, además del sueldo, merecen que la compañía les respalde. Y aunque el hecho de permitirles vestir de una forma más cómoda el viernes puede parecer una frivolidad que no tiene ningún impacto en el negocio, puede hacerles ganar a la larga.
Si se consigue crear un equipo comprometido, identificado con la empresa y cómodo con sus jefes y compañeros, la compañía será la principal beneficiada, pues los trabajadores podrán ser más creativos, más ágiles y se esforzarán más de forma espontánea. Y puede que con un pequeño gesto como darles cuartelillo en vestimenta los viernes se logre.
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