El coaching deportivo es una de la fórmulas que las empresas pueden aplicar para conseguir que sus trabajadores den lo mejor de sí y rindan más en sus puestos de trabajo. Generar un entorno de confianza para que los empleados crezcan personal y profesionalmente con la ayuda de un coach es una interesante manera de dirigir a las personas hacia su punto óptimo de rendimiento y satisfacción en el puesto de trabajo.
Ventajas de aplicar el coaching deportivo en la empresa
La principal ventaja de aplicar el coaching deportivo en la empresa es que lleva las técnicas del mundo del deporte al de los negocios, haciendo más sencillo y ameno el camino hacia nuevos estados que permiten a las personas ser mejores profesionales. A través de un coach adecuado, los coachees pueden avanzar en su camino hacia la excelencia aplicando técnicas usadas en el deporte.
El coaching deportivo permite a los trabajadores visualizar fácilmente el camino hacia el éxito, sin complicadas fórmulas y sin conceptos complejos. No es un MBA, sino otra forma de hacer crecer a las personas a través del coach, buscando áreas de mejora mediante la reflexión, las preguntas potentes y el compromiso de las partes.
El coaching deportivo aplicado en la empresa es interesante porque permite a cada trabajador conocer sus propias limitaciones y crecer siendo consciente de ellas, en un proceso de mejora contínua que facilita al coachee encontrar sus propias soluciones y las acciones a llevar a cabo.
Cómo aplicar el coaching deportivo en la empresa
La mayoría de empresas no disponen de conocimiento ni personal que entienda lo que es un proceso de coaching y pueda aplicarlo con un grupo de trabajadores. Por tanto, la mejor opción es buscar un profesional experto externo que pueda liderar este proceso de coaching deportivo en la empresa y llevar a cabo las acciones necesarias para su puesta en marcha y desarrollo.
La empresa necesita motivación real para llevar a cabo el proceso de coaching deportivo, planificando el proceso y comprometiéndose a la ejecución del plan de acción hasta el final para poder lograr los objetivos de crecimiento de las personas.
El cambio y el aprendizaje no se consiguen en cuestión de días, sino que se necesita tiempo para que de la reflexión surjan resultados palpables y también un clima de trabajo adecuado.
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