Cómo aprovechar una entrevista de salida

El momento en que un miembro de nuestro equipo de trabajo decide marcharse por voluntad propia puede provocar un pequeño impacto en nosotros. ¿Por qué alguien querría abandonar nuestra empresa? ¿Cómo no hemos visto venir esta situación? Son dudas normales, porque detrás de esa baja nuestro empleado tendrá no una, sino varias razones que le hayan animado a dar un paso tan importante en su vida laboral. Debemos aprovechar ese contratiempo para realizar una entrevista de salida o desvinculación, ya que puede ayudarnos a recabar información que desconocemos sobre el día a día de nuestro negocio.

¿Qué ganamos con una entrevista de desvinculación?

Cuando se extingue la relación laboral entre empleado y empresa, lo normal es que se produzca la mencionada entrevista de salida o desvinculación. Esta puede tener dos objetivos: bien comunicar el despido al empleado y sus motivos o, el caso que hoy nos ocupa, saber por qué ha decidido marcharse y qué información relevante nos puede transmitir sobre el funcionamiento interno de la empresa.

La clave está en que, una vez que el trabajador deja de estar vinculado a nuestra empresa, este se puede sentir mucho más proclive a hablar con franqueza sobre lo que no marcha bien en el día a día de nuestro negocio. Ese es el verdadero valor de las entrevistas de salida que se producen bajo estas condiciones, conocer desde un punto de vista cualificado, los procesos y mecánicas internas que debemos mejorar.

Del mismo modo, la entrevista de salida también puede ser una oportunidad para ahondar en las relaciones de trabajo entre diferentes miembros de equipo. Porque, desde luego, ese es uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta cualquier pyme que va creciendo en plantilla: gestionar bien el rol que cada trabajador juega en la empresa y con respecto al resto de compañeros.

En demasiadas ocasiones una baja voluntaria no se produce porque el trabajador haya recibido una oferta mucho mejor de otra empresa, sino porque el ambiente de trabajo de nuestro negocio tal vez no es el más adecuado. Como emprendedores, no es fácil detectar estas situaciones y un trabajador que se marcha puede ponernos en la pista.

Pero desde luego, no todo debe ser negativo en una entrevista de desvinculación. De hecho, en la mayoría de ocasiones este tipo de bajas voluntarias se producen porque la oportunidad laboral que le han ofrecido a nuestro trabajador es, sencillamente, más atractiva que la nuestra. O diferente. No tiene por qué haber un mal ambiente de trabajo o grandes problemas que no hemos visto en el funcionamiento cotidiano. Por lo tanto, este tipo de entrevistas también pueden servir para conocer qué está pasando en nuestro sector, qué empresas se están expandiendo y qué perfiles son los más demandados.

Evidentemente no podemos esperar que nuestro ya ex empleado nos ofrezca los detalles de su nuevo puesto de trabajo, pero no es infrecuente que se comparta información básica, como el nombre de la empresa a la que se marcha o las responsabilidades –aproximadas – que tendrá en esta.

Cómo plantear una entrevista de desvinculación en positivo

Un primer e importante apunte: esta entrevista debe ser voluntaria, no podemos – ni debemos – obligar a un trabajador que se marcha a sentarse a hablar con nosotros sobre sus motivos. Además, forzar esta situación producirá el efecto inverso al que queremos conseguir, crear un clima positivo y lo más agradable posible en el que nuestro empleado se sienta dispuesto a compartir sus ideas y reflexiones sobre nuestra empresa.

Ese ambiente no nos debe llevar a intentar retener al trabajador o realizarle una contraoferta. De producirse esa negociación, sentaría un mal precedente para el resto de nuestro equipo, ya que entenderían que ‘amenazar’ con marcharse puede ser utilizado como arma para mejorar sus condiciones laborales.

Con estos dos apuntes sobre la mesa, debemos plantear la entrevista en base a un guión establecido: bienvenida, exposición de motivos… plantéalo como una conversación con unos objetivos bien definidos. Así que no es mala idea llevar bajo el brazo algunas preguntas concretas que consideremos relevantes. Aquí el campo es muy amplio. Pueden ser cuestiones relativas tanto a generalidades de la empresa como a cosas muy específicas que sólo atañen al puesto que abandona el trabajador.

Por último, recuerda que una entrevista de salida puede servir para dejar un buen ‘sabor de boca’ entre empleado y empresa, ya que nunca se sabe si este querrá volver a colaborar con nosotros o nosotros necesitaremos de sus servicios más adelante.

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