Conexiones remotas en la empresa, más allá del teletrabajo

Cuando hablamos de teletrabajo en la empresa, normalmente nos referimos a los trabajadores o empleados que están trabajando desde su casa o desde ubicaciones remotas de forma permanente. Esto tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes a la hora de estar conectado con un equipo de trabajo o la coordinación de las tareas. Pero también se pueden habilitar una serie de conexiones remotas que faciliten el acceso a los equipos de la oficina, de manera que podamos en un momento dado conectarnos desde nuestra casa, un hotel, etc. a los recursos que tenemos disponibles en nuestra sede y trabajar como si lo hiciéramos en nuestro puesto de trabajo.
Otra opción es el trabajo directamente en la nube, de manera que los recursos que podemos necesitar para trabajar se encuentran accesibles desde cualquier ubicación que tenga conexión a Internet y lo único que vamos a necesitar son las credenciales de acceso al servicio para identificarnos. En este caso la conexión remota se realiza tanto desde la oficina como desde cualquier ubicación, ya que el servicio que utilizamos no se encuentra físicamente en la oficina.

Qué necesito para habilitar una conexión remota

La conexión remota se puede realizar de diferentes formas, ya sea a través de programas de terceros o de forma directa. En el primer caso se trata de un programa que instalamos en los dos ordenadores que queremos conectar, como por ejemplo TeamViewer, que es uno de los más populares. Después a través de un código de acceso y una contraseña podemos conectar entre ambos equipos y trabajar desde casa conectados al equipo del trabajo.

En este caso es importante diferenciar en qué ordenador estamos trabajando. El equipo de casa sólo facilita la conexión, pero el que ejecuta es el ordenador de la oficina. De esta forma los cambios los hacemos directamente en el equipo de trabajo, no en el doméstico. Se pueden intercambiar archivos entre ambos dispositivos, de manera que si hemos trabajado un documento en nuestro ordenador de casa y luego lo queremos copiar en el del trabajo no habrá ningún problema. También tenemos los recursos del equipo del trabajo, sus programas, unidades de red compartidas o impresoras, por ejemplo.

La ventaja de este sistema a través de programas de terceros es su facilidad de uso, al alcance de cualquiera. También que suelen optimizar bien la conexión para que no haya retardos y se trabaje con fluidez. En muchos casos ni siquiera es necesario dejar el equipo de la oficina encendido, ya que podemos hacer que desde el programa que nos facilita la conexión se pueda encender.

La otra opción es conectar de forma directa con el equipo de nuestra oficina o con los recursos que necesitemos del servidor. En este caso conectamos a una dirección IP o a un nombre de dominio. Para ello es necesario que el router permita la conexión desde el exterior a dichos recursos, por lo que tendremos que acceder a su configuración para permitir las conexiones, tanto entrantes como salientes de dicha red. También sería recomendable, aunque no imprescindible que contemos con una IP fija en nuestra línea de banda ancha, para no tener problemas de conexión en caso de caída del servicio y recuperación posterior.

Una vez conectados desde fuera podemos ir directamente hasta nuestra sesión en el servidor de Terminal Server o nuestro equipo de la oficina. En el primer caso estamos trabajando en nuestra sesión habilitada en el servidor de la oficina que gestiona los accesos remotos. De esta forma no es necesario que nuestro equipo permanezca encendido, sino que siempre podremos acceder. Además podrán hacerlo varios usuarios a la vez de forma concurrente, en función del número de licencias que tengamos contratadas. Es una opción que también se utiliza mucho con usuarios de empresas que trabajan en diferentes sedes y que necesitan acceder a recursos ubicados en el servidor de la sede central.

La otra opción implica conectarnos a nuestro equipo de oficina. Esta es la opción más utilizada por las pequeñas empresas, que necesitan trabajar de forma puntual desde el hogar. En estos casos lo habitual es tener que dejar el equipo siempre encendido para facilitar la conexión. Lo bueno de este modelo es que trabajamos siempre con el mismo entorno, lo que nos va a permitir ser más productivos ya que siempre trabajamos de la misma manera.

Por último, para trabajar de forma remota es fundamental disponer de una buena conexión a Internet, tanto en la oficina como en casa. No sólo hay que tener en cuenta la velocidad de descarga, sino también la velocidad de subida, ya que es una conexión bidireccional. Una mayor calidad de ancho de banda nos va a permitir una conexión y un trabajo totalmente fluido igual que si estuviéramos en nuestro puesto de trabajo. Si son varios los usuarios los que se conectan de forma simultánea en remoto a la empresa hay que dimensionar adecuadamente el ancho de banda para poder aceptar estas conexiones concurrentes sin que la calidad de la misma se resienta.

Qué ventajas e inconvenientes tiene poder trabajar desde casa

La principal ventaja de poder trabajar desde casa es ser un poco más libres a la hora de organizarnos las tareas. En función del trabajo que tenemos que hacer podemos optar por quedarnos en la oficina si tenemos que coordinarnos con más personas, pero cuando ya está enfocado podemos aprovechar la tarde para trabajar en casa más tranquilamente. También cuando tenemos acumulación de tareas podemos finalizarlas desde el ordenador de casa y evitar salir más tarde de lo que nos gustaría, aun a costa de tener que llegar a casa y sentarnos delante del ordenador.

Esto nos va a facilitar la conciliación entre vida personal y laboral a la vez que flexibiliza los horarios de entrada y salida en muchas empresas. Podemos conectarnos a primera hora y trabajar desde casa evitando tener que sufrir los atascos de la hora punta, por ejemplo. También podemos seguir trabajando si tenemos que cuidar a menores que se han puesto enfermos o nos tienen que hacer alguna reparación o arreglo en casa que implica que tenemos que estar presentes.

Por último nos va a permitir hacer frente a imprevistos, llamadas de clientes fuera de horas que tienen alguna urgencia y que no podemos gestionar de forma adecuada. De esta forma siempre tenemos la posibilidad de dejarlo solucionado y no tener que volver al día siguiente a retomar el tema con el cliente. Somos nosotros los que decidimos si atendemos o no sus demandas en función de la urgencia que estimemos. Esto puede ayudar a ser mucho más productivos y más eficientes de cara a nuestros clientes.

El principal inconveniente de poder trabajar de forma remota desde casa está en su misma naturaleza. En muchas ocasiones aumentará el número de horas que estamos trabajando, nos impedirá desconectar con normalidad y descansar de forma adecuada, sobre todo si no lo utilizamos de forma moderada o no sabemos cuándo ha llegado la hora de parar y dedicar un tiempo para el ocio, la familia o simplemente el descanso.

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