Cuando desconectar después de trabajo es una obligación… por ley

Vivimos en una época de hiperconexión en la que cada vez resulta más difícil distinguir cuándo se está en el trabajo y cuándo disfrutando del tiempo libre. Los dispositivos móviles y en concreto los teléfonos inteligentes han conseguido que podamos estar conectados las 24 horas del día al trabajo. Un email que entra a última hora, un mensaje de WhatsApp del jefe preguntándonos algún dato o recordando alguna cita importante… salir de la oficina ya no significa haber terminado de trabajar, y eso tiene consecuencias en los niveles de estrés y en la productividad de cualquier empleado.

En Francia se han dado cuenta de hasta qué punto puede llegar a afectar a la economía que los trabajadores no puedan desconectar después de su jornada laboral: bajas por estrés o depresión, falta de motivación, conflictos laborales y un largo etcétera de problemas se derivan, en parte, de estar pendiente del móvil prácticamente desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

Por eso el país galo va a comenzar a regular el derecho al descanso de sus trabajadores. La medida, que entra en vigor este enero, establece que los empleadores deberán poner en marcha políticas concretas que ayuden a sus trabajadores a desconectar tras su jornada laboral.

En principio, serán los propios trabajadores y el responsable de recursos humanos o el jefe de la empresa quienes deban ponerse de acuerdo para delimitar qué comunicaciones relacionadas con el ámbito laboral que se pueden realizar fuera del horario de oficina. Así, lo ideal sería un escenario en el que no hubiera ningún tipo de llamado mensaje de trabajo fuera de la jornada laboral, aunque desde luego, es más fácil plantearlo que hacerlo.

Esta ley, que afectará a las empresas de 50 empleados en adelante, es un paso más que el país vecino da con el objetivo de atajar problemas como el denominado ‘Síndrome del Burnout’ o el ‘Síndrome del quemado’.

Cuidado con el estrés en tu equipo de trabajo

Es normal que dentro del funcionamiento habitual de las empresas haya periodos de tiempo en los que se necesita poner más esfuerzo: un nuevo proyecto o un nuevo cliente siempre requieren implicación y puede que durante esos días la exigencia sea mayor, pero no se debería convertir en la norma. El estrés es un problema muy serio que afecta al rendimiento del trabajador y también a su salud.

De hecho, el mencionado ‘Síndrome del quemado’ es un problema muy real, una consecuencia del estrés laboral que se traduce en una fatiga física o mental. Más allá de representar un cansancio puntual, padecer este síndrome puede derivar en una larga baja laboral. De ahí que incluso las administraciones públicas hayan comenzado ya a poner solución a este tipo de situaciones.

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