Nueve comportamientos en la empresa que delatan a los malos profesionales

A veces, resulta que no todas las personas que trabajan en una empresa son buenos profesionales. Se puede hacer un excelente proceso de selección y elegir a un candidato excelente, pero éste puede evolucionar por el mal camino y convertirse en un mal profesional.

El roce del día a día, el estrés, las decisiones no del todo justas y factores humanos, como la envidia y el ansia de poder, pueden llevar a algunas personas a entender que lo mejor es ejercer sus funciones con malas prácticas, en perjuicio del clima laboral y del buen ambiente en el trabajo. A continuación, te contamos nueve comportamientos en la empresa que delatan a los malos profesionales:

1 Exigen acotar las funciones de todo el mundo

Es mal profesional aquella persona que exige en todo momento ejecutar única y exclusivamente sus funciones y se niega a llevar a cabo cualquier otra, poniendo de manifiesto que carece de la flexibilidad necesaria para atender circunstancias especiales en el trabajo. Por ejemplo, durante la baja de un compañero, durante un pico de trabajo, o en periodos de vacaciones.

El mal profesional de “yo solo lo mío y nada más que lo mío”, carece de visión global, de aptitud y actitud para el trabajo en equipo, por lo que es mejor prescindir de sus servicios cuanto antes y así evitar que contamine a otra gente que sí que vale.

2 Abusan de la crítica del trabajo de los demás

Es de malos profesionales criticar de forma innecesaria o inoportuna el trabajo de los demás, poniendo siempre el foco en la paja en el ojo ajeno. Además, esta mala práctica suele tener por costumbre llevarse a cabo delante de los jefes y responsables, o poniéndoles en copia en un correo, con el objetivo de hacer ruido y perjudicar lo máximo posible a otros personas de la organización, en lugar de buscar soluciones de forma conjunta para los problemas que se detectan.

3 Todo les vale para conseguir notoriedad

El mal profesional también destaca por usar un doble rasero. Unas normas propias, que no aplica a los demás y que se plantea para tratar de destacar frente al resto de compañeros. Esto incluye aprovechar el trabajo de otros en beneficio propio, jugar sucio y incluso hacer trampas en todo cuanto frente se presente. Cualquier oportunidad es oro para “el notas”.

Por ejemplo, hay quien hace trampas hasta en eventos de empresa para llamar la atención por su extraordinario desempeño en otras áreas que no son de trabajo, como en un partido de fútbol o en torneo de golf, contando menos golpes para así ganar y conseguir visibilidad, quedando bien con los jefes.

4 Se hacen pasar por el jefe cuando éste no está

Ese malos profesionales atribuirse responsabilidades que no corresponden, situación que se suele dar cuando el jefe está ausente y en la oficina el “vacío de poder” es visto como una oportunidad para que intervenga el mal profesional que trata de suplirle con tiranía y malos modos.

Esto es un síntoma de un grave complejo de inferioridad y de alguien que quiere pero no puede, que demuestra su falta de calidad humana y profesional. Mejor no tener a alguien así en el equipo, con dos caras y que se comporta de manera amable con sus compañeros cuando está delante del jefe y de otra bien diferente cuando éste no se encuentra presente.

5 Queman el terreno que pisan

Hay personas que no entienden lo que es la colaboración en una organización, la distribución equitativa de tareas y de responsabilidades para conseguir un fin común, y que prefieren “quemar” todo el terreno que van pisando a lo largo de su carrera profesional. Este comportamiento indeseable genera problemas en el entorno laboral, al haber personas que trabajan con normalidad y otras que arrasan todo aquello que tocan, generando conflictos, fricciones y otras situaciones indeseables

Esto suele pasar factura a lo largo del tiempo, cuando se encuentran con un jefe que les para los pies o con su némesis, es decir, otra persona que actúa siguiendo la misma estrategia y que se convierte en su máximo rival, situación que incluso puede llegar a provocar algún grave altercado y afectar a la calidad del trabajo.

6 Prefieren usar el correo electrónico para pedir en lugar de hacer

Hay personas que utilizan el correo electrónico exclusivamente para pedir que se hagan cosas y no hacen nada. Osan llamarse líderes, gestores e incluso directores y suelen incluir en su tarjeta de presentación un cargo con nombre rimbombante, en inglés y que no se sabe ni qué significa.

Estos “CEOs Managing Directors Executive Partners de la nada”, olvidan que un buen profesional que gestione o coordine una equipo, debe pedir que se hagan tareas y controlarlas, al mismo tiempo que debe ejecutar trabajos que aporten valor al cliente y sirvan para liderar de verdad grupos para conseguir un fin común.

7 Acostumbran a gritar para conseguir sus propósitos

Los malos profesionales gritan porque no tienen razones ni argumentos para debatir sus planteamientos o rebatir otros diferentes con sus compañeros de trabajo. El grito, además, suele acompañarse con alguna dosis extra de malas prácticas o juego sucio, para que sirva como símbolo de poder y así los destinatarios prefieran optar por seguir sus instrucciones, en lugar de mandarle a paseo o pedir a la empresa que tome medidas disciplinarias contra quien agrede a otros compañeros.

Si la práctica de gritar en el trabajo no se corta a tiempo, se corre el riesgo de que los malos modos sean algo visto como normal y se pierdan las formas en el trabajo, obligando a los buenos profesionales a salir ante los malos compañeros crecidos.

8 Extienden la jornada para destacar sobre los demás

Una mala práctica que está muy extendida es la de extender la jornada de trabajo para destacar sobre los demás compañeros, haciendo ver así a los jefes que «se trabaja mucho más que el resto».

Esto supone un problema por varios motivos, el primero porque no concilian su vida profesional con la personal, con las consecuencias que esto tiene para su productividad, y, segundo, porque si desde la dirección se premian estos comportamientos, se está lanzando un mensaje de que priman más las horas que la calidad del trabajo.

9 Critican a otros compañeros de baja o de vacaciones por “bajo rendimiento”

Es mal profesional aquél que critica a personas que están de baja o de vacaciones por su escasa aportación al resultado de la empresa, dándoselas de “salvador del cotarro” para alardear de su buen hacer y logros, que son los que permiten compensar las carencias de los demás. Este es un síntoma de envidia y complejo de inferioridad, de una persona a la que todo le vale para conseguir sus objetivos.

El mal profesional que critica a un compañero delante de ti, mañana lo puede hacer a la inversa, poniendo de manifiesto delante de otros compañeros tus carencias, reales o no, y con un objetivo de desacreditar tu valía como profesional.

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