Algunos consejos para redactar una carta de presentación

En contra de lo que muchas personas creen, el currículum vitae no lo es todo a la hora de encontrar trabajo. La carta de presentación le brinda a los candidatos la oportunidad de multiplicar sus posibilidades de conseguir un empleo, ya que gracias a esta herramienta se puede complementar la información del CV, así como manifestar cualidades como motivación y singularidad, entre muchas otras. Sin embargo, ¿sabemos redactarla?

La carta de presentación debe utilizarse para argumentar las razones que nos convierten en el candidato idóneo para cubrir un puesto de trabajo y, además, ha de sugerir la posibilidad de concertar una entrevista con la empresa reclutadora. Para ello, siempre se agradece que esta vaya personalizada indicando el nombre de la persona encargada del proceso de selección. En el caso de que no sea posible conseguir esta información, se puede optar por dirigir la carta al Responsable de Recursos Humanos.

La carta no debe ser una réplica de la información que ya aparece en el CV, sino que ha de ser complementario de este . El objetivo no es aburrir siendo repetitivos, sino despertar interés para que la persona que la reciba se anime a saber más sobre nosotros, a leer nuestro CV y a concedernos una entrevista.

Es recomendable hablar sobre nuestras posibilidades en la empresa, indicando qué podemos hacer por ella, a qué puesto aspiramos y cuál es nuestro proyecto empresarial, señalando siempre cuál es nuestra orientación profesional y en qué campo nos desenvolvemos con mayor soltura. Se trata, como no podría ser de otra forma, de ofrecernos como un producto que encaja perfectamente con la organización y que puede beneficiarle en su actividad empresarial.

Además, la carta de presentación ha de ser directa y breve, con frases muy claras, una expresión rigurosa y concreta, y evitando siempre las frases negativas. Debemos huir de cartas vacías de contenido y cuidar al máximo su estructura. Podemos ordenarla en tres partes: encabezamiento, desarrollo y finalización, cuidadando con sumo detalle la redacción y evitando caer en servilismos. En la despedida hemos de agradecer a su receptor el tiempo dedicado a la lectura de la misma y dejar claro que «quedamos a su disposición» para un encuentro más formal. Y por supuesto, ¡no te olvides de firmarla!

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