Jornada intensiva: 7 razones para aplicarla durante todo el año

Con la llegada del verano, muchas empresas comienzan a aplicar la jornada intensiva. Se trata de una forma de ajustar el horario anual, ya que, por lo general, se trabajan solo siete horas y se realizan todas seguidas. El resultado es que se trabaja sólo por las mañana, por lo general, en un horario de 8 a 15:00, quedando la tarde libre para los trabajadores. Este tipo de jornada tiene interesantes beneficios, por eso vamos a ver 7 razones para implantar la jornada intensiva durante todo el año en las empresas.

Puede parecer algo inusual, pero lo cierto es que hay algunos ejemplos de grandes empresas que han comenzado a aplicar este tipo de jornadas con gran éxito, como Iberdrola. Al principio fueron algunos empleados los más reticentes al cambio, pero los resultados han sido muy positivos, ya que han logrado un aumento de la productividad en 500.000 horas, una reducción del 10% del absentismo laboral y una reducción de la siniestralidad de un 60% en los últimos cinco años, ya que el 25% de los accidentes sucedían en las horas siguientes al parón de la comida. Son argumentos sólidos como para que la implantación de este tipo de jornada no se quede sólo en el verano. Vamos a ver algunas de las razones que pueden beneficiar a empresa y empleados:

1. Más tiempo libre para los empleados

Si se acaba la jornada laboral a las tres o a las tres y media, los empleados tienen toda la tarde por delante para realizar otras actividades. Incluso los días en los que tengamos que quedarnos un poco más por alguna circunstancia, acabamos saliendo pronto y tenemos la posibilidad de aprovechar el día que nos queda por delante. Esto permite en muchos casos que los empleados tengan más tiempo para hacer deporte, dedicar más tiempo a sus tareas personales, etc.

Es una demanda que desde hace tiempo vienen realizando desde la Comisión de Racionalización de Horarios, pero que no ha convencido en época de bonanza y, con la llegada de la crisis, muchas empresas tienen la sensación de que alargando sus horarios lo máximo posible logran dar un mejor servicio a sus clientes. El efecto que se consigue muchas veces es el contrario: una bajada de la productividad que muchas veces se convierte en un hábito de trabajo que es difícil revertir.

2. Ahorro energético para la empresa

Pero también al aprovechar más la luz natural y tener menos tiempo las oficinas abiertas se logra un ahorro energético. Al final, al no hacer la pausa para la comida con una hora o dos, supone que el tiempo total que pasan los empleados en la empresa disminuye, facilitando un ahorro energético derivado del menor coste en climatización, así como la maquinaria y ordenadores disponibles para que lleven a cabo su trabajo. A medida que aumenta el tamaño de la empresa, es importante la cantidad de dinero que se puede ahorrar por este concepto.

3. Mejora de la productividad

La jornada continua nos hace cambiar el chip, no tenemos todo el día por delante para afrontar nuestro trabajo. Se cambia la imagen del empleado que llega, enciende el ordenador y se va a tomar café y leer el periódico, y un poco después comienza a trabajar. Esta sensación de que se nos acaba el tiempo provoca que se cambien algunos hábitos. También, al estar más descansados, se facilita la concentración en el trabajo al día siguiente, además de, como en el caso de Iberdrola, obtener un descenso importante de las bajas laborales.

4. Más facilidad para conciliar vida personal y profesional

Otro de los aspectos que provocan un descenso de la productividad en las empresas es la ansiedad que nos produce conciliar vida personal y laboral, especialmente en el caso de los trabajadores con hijos en horario escolar. Al tener la tarde libre, es más fácil encontrar las fórmulas adecuadas para poder recogerlos a la salida de la escuela y acompañarlos a sus actividades extraescolares. Lo mismo ocurre si tenemos cualquier problema en el hogar, donde, al poder estar por las tardes, se facilita simplemente no tener que depender de terceros si necesitamos que alguien venga a casa para hacer una pequeña reparación doméstica.

5. Mejora la imagen de la empresa

Este es otro aspecto importante. La jornada continua supone una mejora de imagen de la empresa, de organización comprometida con la productividad, con el cuidado de sus empleados y la eficiencia. Es una inversión a largo plazo, pero que puede dar muy buenos resultados, ya que finalmente es valorado tanto por otras empresas que pueden ser cliente como por trabajadores que demandan un puesto de trabajo.

En este aspecto, la jornada intensiva es una aliciente para los empleados a la hora de captar talento. Este tipo de horarios es muy valorado por los trabajadores, por lo que supone un aspecto que se suma a otras retribuciones monetarias o no, que se pueden ofrecer para lograr que los mejores candidatos acepten un puesto en nuestra empresa sin que el sueldo sea un aspecto determinante.

6. Facilita la desconexión

Tener la tarde libre facilita la desconexión diaria y sobre todo los fines de semana. Esto es algo que se aplica sobre todo en empresas de grandes ciudades, que los viernes pueden tener jornada intensiva. Tener más descanso nos ayuda a recargar las pilas, reducir el estrés que nos genera el trabajo y mejora el ambiente laboral, al estar todos los empleados en general de mejor humor. Después de todo, tener una tarde por delante nos da la posibilidad de relativizar los problemas y afrontarlos al día siguiente con otra perspectiva.

7. Más facilidad para la formación de los empleados

Por último, tener las tardes libres supone una oportunidad para los empleados a la hora de afrontar cursos de formación para mejorar sus capacidades profesionales. En muchos casos, salir a las seis o las siete e ir directo a un curso que tiene una duración de una o dos horas supone un desgaste personal y familiar muy importante como para desistir de ellos aunque nos interese. No sólo se trata de cursos que puedan ser interesantes a nivel laboral, sino a también personal que nos ayuden a crecer.

El principal inconveniente que se esgrime en contra de la jornada intensiva es que el resto de las empresas no la implantan, a pesar de los beneficios que supone. Al final se crea un círculo vicioso que es muy complicado revertir y donde sólo las grandes empresas son capaces de implantar estas jornadas, mientras que las pequeñas siguen extendiendo su jornada mucho más tiempo de lo que les gustaría.

Ver los comentarios

No hay comentarios aún.

Deja un comentrio